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- Escrito por Carlos Martinez
- Publicado: 19 Agosto 2023

Managua. ANDEN-FNT (agosto 19, 2023)
Maestro Orlando Pineda participó en el encuentro departamental "Alfabetización y Liberación" realizado por el Ministerio de Educación en Río San Juan que se realizó en conmemoración del 43 Aniversario de la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización (CNA).
Es internacionalmente conocida la participación y movilización de la sociedad nicaragüense durante la Cruzada Nacional de Alfabetización (marzo-agosto 1980), en la que se redujeron los índices de analfabetismo en el país, del 50.3 al 12%, hecho que valió al gobierno de Nicaragua el reconocimiento "Nadesha Krupskaya" de la UNESCO. El involucramiento del conjunto de la sociedad en las tareas de la alfabetización -más de 18 organizaciones y 100 mil brigadas- es un acontecimiento histórico, pero no constituye un hecho aislado en la nueva Nicaragua nacida del triunfo revolucionario, donde participación y movilización son claves de la política sandinista.
La región de Río San Juan permaneció tradicionalmente incomunicada, y por ello distinta y apartada de la dinámica del resto del país. Esta situación contribuyó, entre otras muchas causas, a que se agravaran las condiciones de injusticia y atraso de la región. La participación de los habitantes de esta zona fue escasa durante la época de lucha contra el somocismo, aunque fuerzas del FSLN, el 13 de octubre de 1977, se tomaron el cuartel de San Carlos, capital del Departamento, en una de sus acciones estratégicas más significativas, ya en el final de la dictadura.
En los primeros tres años de revolución no logran modificarse las condiciones de atraso y de falta de participación en la región, aunque fue un triunfo el que durante la Cruzada Nacional de Alfabetización, 1348 brigadistas lograron bajar el índice de alfabetismo del 96 al 36.17%. la población vio entonces los primeros frutos de la revolución.
En julio de 1982 se renueva la división política de Nicaragua y el país se organiza en seis regiones y tres zonas especiales, entre ellas la del Río San Juan: Zona Especial III. Las zonas especiales son las de mayor lejanía, pobreza y atraso económico y social respecto al resto del país. A partir de 1982, estas regiones se convierten en "priorizadas" por el gobierno de Nicaragua para la canalización de recursos humanos y materiales que aceleran el proceso de reforma agraria, la salud, la educación, la infraestructura y el desarrollo económico. La nueva división política permitió también la descentralización y el desarrollo de iniciativas propias de la región.
Dentro del conjunto de esfuerzos realizados para la zona priorizada está la llegada, el 20 de febrero de 1983, de 86 maestros de otras regiones que constituyen el contingente inicial de la brigada "Benicio Herrera Jerez".
Construir las escuelas y no limitarse a sus cuatro paredes
Benicio Herrera fue un muchacho creativo, dinámico, audaz, que nació en Jinotepe (Carazo), done fue primer director de circuitos, después de haber participado en la insurrección contra Somoza. Las necesidades del pueblo lo llevaron a formar parte de un grupo de educadores que trabajaban en Zelaya Central bajo la coordinación de Orlando Pineda. en uno de sus viajes hacia esa región del país murió en accidente.
Cuando en 1983, parte del personal que trabajaba en Zelaya Central se traslada a Río San Juan a pedido del Ministro de Educación, muchos casi no sabían ni dónde se ubicaba esta zona. Sí sabían que debido a los ataques contrarrevolucionarios habían sido retirados los 115 maestros cubanos que hasta entonces se hacían cargo de la educación allí. Sabían también que, aunque habituados a trabajos pesados y a regiones hostiles, los que se les presentaban en Río San Juan lo eran mucho más. Se tuvieron que exigir mucho, como Benicio, que una vez vino de la ciudad a trabajar en un territorio desconocido, lejos de su familia. Por eso decidieron ponerle su nombre a la brigada que formaron.
A los responsables, en especial a Orlando Pineda, se les ocurrió iniciar un proceso de reclutamiento en las escuelas normales de León, Chinandega, Managua y Carazo. No era fácil. Mas de 10 mil niños y jóvenes en edad escolar dispersos por toda la región no contaban con ningún maestro y además, por la pobreza de la zona y por los constantes ataques de la contra, casi nadie quería ir.
Cuenta Orlando Pineda: "Yo me presenté a las normales y les dije la verdad: ustedes y yo vamos a ir a conocer esa zona. Yo miro que allí hay zancudos y que allí tendremos que hacer nuestros camarotes. Allí vamos hacer nuestras propias champas, nuestras propia alimentación. Allí tendremos que vivir cada día más unidos, vivir en colectivo". Las palabras y el ejemplo resultaron convincentes y en febrero de ese año llegaron a Río San Juan los primeros 86 nuevos maestros, ya como miembros de la Brigada "Benicio Herrera Jerez". Meses después, en junio, se incorporaron otros 115.
Las visitas a las normales se repiten. En 1984 el número total de maestros en Río San Juan es ya de 350, y sube hasta 416 en 1985 y a 437 en 1987. A partir de 1985 el número permanece casi estable. Se prioriza entonces la Escuela Normal "Mélida Anaya Montes", de Río San Juan. En 1986 se gradúan los primeros 35 maestros locales. En 1987 son 30.
Por las condiciones de guerra de la zona, muy intensa entre 1983 y 1985, los maestros de la Brigada tienen también entrenamiento militar . La carencia de recursos, en lugar de dificultar la tarea de la brigada, fue un elemento fundamental en el éxito y desarrollo de la misma. En 1985, al hacer un recuento de la labor de los maestros en Río San Juan, el Ministro de Educación, padre Fernando Cardenal, decía a Orlando Pineda: "Yo creo que ahí está el secreto. A vos te hace falta cemento, te hacen falta textos y vehículos, combustible, te hace falta todo y sin embargo yo puedo asegurar que sos el delegado regional que menos me pedís, sos el que menos problemas me tras y lo que continuamente me están ofreciendo son inauguraciones de nuevas escuelas, de nuevos proyectos".
El proceso de selección para ingresar a la brigada -a pesar de la necesidad de maestros- fue riguroso en 1983 y 1984. Además del deseo y la decisión personal de incorporarse al trabajo se requería un buen rendimiento académico, participar durante las vacaciones en los cortes de café y haber sido aceptado en la Juventud Sandinista 19 de Julio, organización popular juvenil.